Preguntas frecuentes

En este apartado podrás resolver algunas de las dudas mas frecuentes, si no es así puedes escribirnos.

Una historia social es una historia individualizada corta (20-150 palabras) que se utiliza al tratar con los Niños / adultos con TEA para aclarar situaciones difíciles o confusas. (Gray, 1997).
En la actualidad, la utilización de historias sociales ha ampliado su público, para alcanzar a cualquier persona con dificultades en el lenguaje, la comunicación y la correcta comprensión de acciones simples o complejas. (Alzheimer, accidentes cerebrovasculares, Síndrome de Down, etc.).

Una historia social se escribe para proporcionar información sobre lo que la gente en una situación dada, piensa o siente. Representa una serie de experiencias donde se reflejan las señales sociales y su importancia, y el guión de lo que deben o pueden hacer y decir; en otras palabras, el Qué, Cuándo, Quién y por qué de las situaciones sociales. (Attwood, 2000).

Estas historias no solo son eficaces para calmar estados de ansiedad, aumentar el bienestar general y la calidad de vida de los usuarios, sino que también sirven para aprender valiosas habilidades adaptativas y de autonomía. Concretamente, sus beneficios son:

  • Ayudan en el déficit de Función Ejecutiva
  • Mejoran la comprensión de situaciones cotidianas
  • Sirven para que sepan explicar de forma comprensible sus vivencias
  • Mejoran la inflexibilidad
  • Mejoran el aprendizaje
  • Reducen las situaciones de ansiedad y estrés

La historia social puede redactarse a mano con figuras de palo y poco texto o imágenes con texto alrededor. Puede presentarse en forma de cómic o de historia escrita, con fotografías, o a través de pictogramas, en función del nivel de maduración y habilidades de cada persona. Podemos utilizarlas para enseñar diversas habilidades sociales, y explicar secuencias tanto a nivel grupal como individual.

A su presentación debe preceder un análisis de la situación que puede perturbar emocionalmente al usuario, y planear cómo integrar la historia social en la vida cotidiana. Hay que tener en cuenta que es una técnica que debe formar parte de un plan de actuación y un conjunto de medidas terapéuticas. Esto es, por sí sola es escasamente eficaz, ya que se debe presentar de forma correcta y trabajarla previamente a la situación que se desea afrontar.

El momento de la presentación debe ser de concentración y calma, esto quiere decir que no vale de nada presentarla cuando ya ha comenzado la crisis de comportamiento. 

Algunas de estas historias sociales se necesitan varias veces durante el día, otras sólo se utilizan sólo una vez, para explicar un cambio en la rutina diaria, para explicar algo concreto, o para apoyar un aprendizaje.

Es importante comprobar la comprensión de la historia social al momento de utilizarla, para confirmar que el usuario entiende el sentido de la misma.

Además, se debe elegir un lugar para guardar o colocar la historia social que sea accesible al usuario, para que pueda visualizarla en todo momento. Esto le dará seguridad, y en su evolución cada vez necesitará revisarla menos. Incluso, en situaciones de salidas escolares por ejemplo, podría llevarla el propio niño, si se considera adecuado.

En el caso de los adultos, podría ser parte de sus soportes diarios, colgada de un listón, o adherida a su silla de ruedas, por ejemplo.

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